Mi tristeza
Se dibujará sólo un instante en un brillo o en un oscurecimiento de mi mirada. De ahí en más. Si alguna vez acaso, se asoma por el rabillo del ojo correrá a ocultarse de nuevo sumamente apenada por dejar salir algo tan íntimo, por permitir que cualquier cristiano la avisore, la intuya.
Mi tristeza es mía y de nadie más. Egoísta como soy, ni eso comparto.
Yo
Patricia Lara Pachón
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