Muy linda, muy hermosa... muy prepago
y sin importar eso, tus ojos la devoran.
Se acuesta con cualquiera por monedas
y, al pagar por ella con lujuria,
la humillan, la explotan y la exploran.
Cualquiera por centavos la posee.
La honra no se vende,
no hay moneda que compre la honestidad,
la dignidad, la vida.
Sin embargo... A la digna no miras,
no la deseas, no la admiras,
ni siquiera, un cumplido te inspira.
Pregunto:
¿Cual merece más admiración?
La que se vende y compras por centavos,
o esta que miras con resignación.
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