miércoles, 4 de diciembre de 2019

Ignorante


Hoy caminando como casi todos los días me cruzo con una amiga de una amiga.  Con ganas de hablar la señora me pregunta por la amiga mutua. Le respondo rápido y sigo a mi paso. La dama en cuestión se pone a mi lado y al parecer quiere hablar, le gusta hablar de política.  Tema que a mí poco o nada me gusta.  Mientras ella expone sus razones yo callo.  La escucho con disgusto pero no digo nada.  Llega el momento en que cansada yo le respondo a pesar de que en realidad no estoy plenamente de acuerdo con lo que le digo y sólo por quitarmela de encima que yo votaría de nuevo por Álvaro Uribe.  Ella me responde airadamente que soy una ignorante.  Palabra que repitió una y otra vez sin cansarse de decirlo.  Añadiendo que por él sólo votan los ricos.  Yo mirándola con mucha ira repliqué "yo soy rica.  Muy rica.  Nada más míreme usted".  Ella me vio con asombro y repreguntó.  ¿Usted es rica? Y le respondí que sí.  Que la pobreza está en la mente y en las pocas ganas de hacer algo para salir de ella.  Que hay que trabajar para lograr lo que se quiere sin esperar nada de nadie y que ese cuento de la suerte también está mandado a recoger.  Hay gentes que se han ganado una buena cifra en la lotería o en herencias y aún así perdieron todo y aún hoy viven en la ruina.
Solo trabajando se logra lo que se quiere. Y sí soy rica... Muy rica.  (Ojalá nunca me la vuelva a encontrar en mi camino pues creo que si me vuelve a decir ignorante sólo por no pensar como ella; yo la voy a llamar bruta y no exactamente por lo mismo.)


Patricia Lara P

domingo, 1 de diciembre de 2019

Y finalmente...

Y finalmente...

El cielo se oscureció y empezaron a llover fantasmas.  Las  almas de todos aquellos que alguna vez poblaron el mundo.  Tantos que era imposible que no empezaran a haber montañas de espíritus.  Curiosamente eran pesadas y las de abajo no podían sacudirse las de arriba.  Así que al ser aplastadas; destilaban, supuraban una materia horrenda, de un olor nauseabundo que fue penetrando la tierra, contaminándola.
Los pocos seres vivos que sobrevivieron a la hecatombe lo único que deseaban era una muerte rápida.  Se veía que la sobrevivencia era imposible dadas las circunstancias.
Sentarse a esperar sin la menor esperanza era el futuro cercano y eso fue lo que hicieron.
Sus cuerpos paulatina e inexorablemente se fueron vaciando de vida.  Sus ojos inexpresivos veían sin ver y sus manos desesperadas apretaban con fruición la nada.
Así los encontró la muerte, cálida y comprensiva.



Patricia Lara P

domingo, 24 de noviembre de 2019

Aquí me quedo yo

Aquí me quedo yo

Aquí me quedo yo
doliéndome
de la gente que he querido
y hoy me hace suspirar
juntar las manos, 
mirar al cielo
 y pedirle a Dios.
De las cosas.
Del verde de la tierra
corrompida.
Aquí me quedo,
respirando quedito,
temblorosa...
Sin entenderme apenas.
Con el temor de todos
Con el temor a Dios
Aquí me quedo yo
Mirando, observando.
Doliéndome.

Patricia Lara P

lunes, 18 de noviembre de 2019

Tu que me lees

Hola



Es para mí un gusto saludarte.
He notado que mis publicaciones son leidas por lo que es para mí un gran número de personas.
Gentes que detrás de un computador o de un celular comparten mi vida y me acompañan.
Como habrán leido, son mis pensamientos personales e intransferibles los que aquí publico.
Me gustaría, que digo.  Me encantaría si no es mucho pedir.  Dejaras para mí un comentario, un saludo, un guiño.
Ah, y muchas gracias.  
Por hacer parte de mi mundo.  Esta vida sencilla y cotidiana.
Dios nos bendiga.

Patricia Lara Pachón

domingo, 17 de noviembre de 2019

¿Quién?



Lo ví caminando sobre los árboles.  Llamó poderosamente mi atención su figura desgarbada de piernas sumamente delgadas y largas.  De pronto al sentirse observado me miró directamente a los ojos.  Vacíos los suyos, cuencas negras y piel pálida.  Tan blanca era que se podría decir alumbraba en la oscuridad.
Mi curiosidad primigenia se convirtió en pavor.  No supe si correr y gritar o sencillamente dar por finalizada mi vida.
¿Sueño?  No creo que lo fuera.  Sólo sé que al día siguiente me desperté en mi cama y al mirarme al espejo lo que ví, fueron sus ojos.

Patricia Lara P

Ayer y hoy


Ella estaba bien ayer.
A ésta misma hora
ella, estaba bien.
Y hoy
Puede estar internada en una clínica u hospital.
O peor aún;
su familia la llora en una horrible 
lúgubre y triste,
sala de velación.
Ella 
Antes viva y sana
¿Y feliz?
Hoy
Herida o muerta, ¿triste?
Tristeza la que siente hoy la familia
Y es que la vida es eso
Indescriptible.

Patricia Lara P

Suenan

Suenan


Esos aparatos conectados al cuerpo.
Lo miden todo
Se escucha también la respiración esforzada
Son tantas las ganas de vivir
Que se esfuerza.
Manifiesta que ya han venido por él
Tres veces
Las mismas que ha dicho que no
Que aún no se va.
Se esfuerza
Las máquinas suenan
La respiración difícil se siente
El jadeo
El dolor quizá
Pero el sigue.

Patricia Lara P

Necesario



Y su primer pensamiento fue salvarla,
correr pidiendo ayuda.
Luego;
Al pensarlo mejor se dio cuenta.
Lo mejor era aquello
dejarla morir tranquila.
Esperar que exhalara
aquel; su último suspiro.
Finalmente,
su muerte era necesaria.
Y así como ella lo entendía ahora
sabía
a ciencia cierta;
que la otra 
Al ingerir todas aquellas pastillas
no sólo lo sabía.

Patricia Lara P

Y me volví un fantasma



Aquí ahora; en la clínica en la que está ingresado mi suegro.
sintiéndome un fantasma,
al ver cómo se deslizan apenas tocando el suelo,
enfermeros, doctores e incluso los pacientes.
Habré muerto hoy y sin saberlo
¿Soy acaso un fantasma entre tantos?

Patricia Lara P

Fantasmal visita



Fue a visitar a un paciente.  Y ahora su alma condenada pena en los largos corredores de aquel hospital.
La mayoría de las veces las personas pasan sin verla.  A veces brillos de reconocimiento en los ojos la hacen intuir que es vista.  Otros, incluso la saludan y hasta le sonríen.
Algún día quizá se entere que murió aquel día.
Por lo pronto; camina pausada.  O se sienta en una de las tantas sillas a sorber un café interminable.

Patricia Lara P

¿Riachuelo?

¿Riachuelo?

Embravecido ruge 
Entre esas dos montañas
Que lo abrazan
Lo aprietan 
Lo torturan un poco
Se libera con fuerza
Se sacude
Y arrasa

Patricia Lara P

Insignificante

Insignificante

Desde arriba nos mira amenazante
Un pequeño arbolillo
La montaña comienza a deslizarse.

Patricia Lara P

Ellos

Ellos


Arrastran los pies ellos
Desvían la mirada
Rehuyen la conversación
Respiran tan quedo que casi no lo hacen
La vida les resbala por la piel engrasada
De lágrimas y sudor 
De pacientes y dolientes
Ay con los enfermeros
Ni hablar de los galenos
tampoco hay que opinar sobre los especialistas en salud
¡Ay cómo duelen!

Patricia Lara P

No lo volví a ver

No lo volví a ver

No lo volví a ver,
no lo extrañé tampoco.
Y lo recuerdo ahora
porque la vida me trajo su recuerdo.
Algunos seguro lo extrañarán a diario,
otros como yo;
lo recordaré hoy
Y mañana quizá
y en el olvido caerá de nuevo.
Sólo aquellos,
que en realidad fueron o son importantes para nosotros
Tendrán un espacio constante
Perenne 
en nuestro corazón y en el cerebro.


Patricia Lara P

Manos

Manos

Y me ofreces tu mano
como nido muy cálido.
Y la mía se posa
con suavidad de ave;
Confiada.
Y ese gesto sencillo...
Se convierte en poesía.

Patricia Lara P

Cambiar

Cambiar

Es muy difícil por no decir imposible pensar, desear, intentar un cambio cuando no se conoce otra cosa.
Soñar es muy posible y yo diría que hasta necesario.  ¿Pero cambiar desconociéndolo todo cómo se podría hacer?
La vida.  Necesaria e innecesaria al mismo tiempo.  Desconocida siempre.  Imposible de soportar desde el mismo momento en que nos preguntamos para qué estamos aquí.  Cuando en realidad desde siempre nos lo dijeron.
Nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos.  Igual que cualquier planta, que cualquier animal.
Estoy harta de pensar y esperar cuando no hay otro camino ni otro destino.
¿Pesimismo?  No sé.


Patricia Lara P

Guasón


Ví "Guasón", lenta, aburrida.  Sólo una escena me hizo reír a carcajadas y justo en ese momento quién estaba a mi lado me dijo: ¿De qué te ríes? Es que en serio era una locura hacerlo.  Pero bueno.  Yo tengo mi propio sentido del humor, en realidad terminé contagiando a los demás y todos reímos.  
Que la actuación, que la risa, que la iluminación.  Ba' a mí no me encantó.  
Claro que al reír la sensación de desencanto no fue total.
Al salir, si escuché opiniones de que había sido maravillosa y hasta aplaudieron al final.
Como todo, cuestión de gustos.

Patricia Lara P

martes, 24 de septiembre de 2019

El me quiere

El me quiere

Ella se repetía, quizá por el deseo.  El me quiere, yo sé que me quiere.  A su modo, particular pero me quiere.
Luego se dio a la tarea de pensarlo y repensarlo y miró hacia atrás y vio en sus ojos de siempre el desamor, y en sus acciones la falta de cariño, de respeto.  Y notó con absoluta tristeza su falta de solidaridad. Y se hizo la luz. Y se entristeció mucho.
Su necesidad de amor, de afecto, de consideración era tal. Que enceguecida no vio las señales.
Y se preguntó porqué y no obtuvo respuesta.

Patricia Lara P

Mariposas


Oh por Dios
Enloquecidas todas revoloteaban 
Volaban, se estrellaban entre sí
Querían salir a como diera lugar
Todo querían
Morir en el intento
Sobrevivir no era la opción
Recordaban la última vez
El dolor, las lágrimas, la desesperación
El sabor del veneno tomado
Sobrevivir a pesar de todo
No, huir era la única opción
Huir era la consigna

Patricia Lara P

Me moriré feliz


Me moriré feliz
En una playa dorada,
Mirando el sol
Ocultarse en el mar.
Veré las olas jugar
Y la luna trenzar su larga cabellera.
Los peces susurran
Hermosas melodías.
Y las estrellas todas
Sonrientes
Me abrazaran
Me moriré feliz
En una playa tibia y dorada.

Patricia Lara P

Llueve


Salí a caminar como casi todos los días.  Una pequeñísima llovizna avisaba lluvia.  Previsiva como soy, tomé mi paraguas y con optimismo pensé; "si lo llevo, con seguridad no llueve".
Hice mi recorrido cantando, observando, escuchando, pensando, como todos los días.
Ya como a un par de kilómetros de regreso.  Unas gotas gordas y bonitas me hacen abrirlo.  Sigo caminando y las gotas emocionadas todas, se toman de las manos y se deslizan felices por todas partes.  Yo, optimista como soy, agarro más fuertemente mi paraguas y continúo.  Ahí, justo ahí.  Me doy cuenta que esos elementos no sirven para nada.  Bueno, tampoco así.  La carita no se moja tanto jajajajaja. 
El agua se deslizaba por mi espalda desde el cuello, lavándome completamente.  Hijuemadre.  Al principio trataba de saltar los arroyos de agua que corrían por las aceras, y ya luego a disfrutar carajo.  
¡Qué delicia!  Esa niña chiquita que hay en mí, caminó por los charcos, bailó bajo la lluvia y fue feliz de nuevo.
Yo.

Patricia Lara Pachón

El hombre del auto

El hombre del auto

Todas las mañanas excepto la del domingo lo veo.  Sentado frente al volante de un auto a veces, otra limpiándolo, en otras oportunidades con el capó levantando tal vez haciéndole alguna reparación.
Es curiosa esa actitud.  Al parecer espera a alguien.  
Yo, con mi mente que vuela.  De alguna forma le tengo miedo.
La verdad el físico no le ayuda mucho.  Cabello largo, grasoso, peinado prolijamente y muy ensortijado. Cara vieja, amarillenta, mirada huidisa y siniestra.
El miedo es por lo que de él, creo.
Imagino que lleva al trabajo a una mujer no muy mayor, bonita, atractiva a sus ojos y a los de los demás.  Celoso como es, teme dejarla sola.  No quiere que se escape, así que no le pierde pie ni pisada.
Desde donde el espera ve ambas salidas y él parece un perro viejo que al tener la presa entre los dientes no la suelta.  Si alguien quiere quitársela aprieta más y más.  ¿Y qué creen?  La víctima indefectiblemente siempre es y será ella.
Cuántas mujeres están atrapadas en relaciones similares.  Cuántas no ven la forma de escapar.  Cuántas son esclavas de sus decisiones de antaño.
Ojalá alguien la ayude.  Y este perro viejo se duerma un día para que ella pueda escapar para no volver jamás.

Patricia Lara P

Hablando no se entiende la gente

Hablando no se entiende la gente

Desde que se acabó el poco de cariño que me tenías.  La comunicación se ha vuelto insostenible.
Me hablas y cualquier comentario al respecto está mal.  
Me miras como si estuviera loca, como si lo que dijera fuera un pecado mortal o la estupidez más absurda.
Si no respondo, con el fin de evitar confrontaciones.  Surge la pregunta.  ¿No me volverás a hablar?
No sé qué hacer.  Me desespero mucho.  Estoy agotada y he perdido la esperanza y hasta la fe.
No sé qué hacer.
Desespero tratando de encontrar el camino.  Uno que sea eficiente, que me evite la frustración, la humillación y el dolor.
Espero que algo suceda.  Que por fin, la tranquilidad me cobije, que me cubra.  Que el fin, por  mí tan añorado y necesario, llegue.
Amén

Patricia Lara P

La niña que fui

La niña que fui

Cada vez con más frecuencia pienso en la niña que fui y que aún me habita.  La veo tan sola y dolida, como aún hoy me siento a veces.
La recuerdo callada, pensando siempre.  Tratando de entender lo inentendible.  Aún hoy, en esas vivo.
Yo siento, que si ahora no me entiendo yo misma; como pretendo entender los motivos de los otros.
Igual, a lo mejor ese es mi sino.  A lo mejor es la tarea que traje.  
Vaya uno a saber.

Patricia Lara P

No soy la mujer

No soy la mujer

No soy la mujer que tú recuerdas
Pero ella es parte de mi
He ido haciéndome otra
Cada día
Una con partes de aquella
De la otra, la de la época de criar hijos
La de la universidad
La de los quince
La de las escapadas infructuosas
La de las lágrimas en un rincón
La de los bucles
La que cortó las flores mientras el sol la veía.
No soy la mujer que tú conociste
Soy la de ahora
La que existirá mañana acompañada de una nueva
De otras más.
Mejor, peor
Quién lo sabría
Solo soy la mujer
Que tú mismo ayudaste a construir 
Aún a expensas de las otras
Las que están sin estar
Y son acaso ruinas.

Patricia Lara P

Aquí estoy

Aquí estoy

Todos los días o casi he recibido, un agravio, una humillación, un golpe, una herida.  Que me ha ido transformando en la mujer que soy.
A Dios gracias no se ven las laceraciones, los morados, las cicatrices.
Sería una monstruosidad andante.
Pero aquí estoy
Poniéndole la cara al sol y una sonrisa a la gente.
Bella siempre, a pesar de la vida, el ambiente y la gente.

Patricia Lara P

Escupitajos

Escupitajos

Hoy mientras me ejercitaba, ví a un individuo escupir mientras caminaba.  Hizo un gesto extraño y siguió al mismo paso como si nada.  Yo me quedé admirada.  ¡Cómo es que ese escupitajo no le fue a parar en la camisa o por lo menos en los zapatos!
No saben cómo me da asco  la gente que escupe en la calle.  Ni hablar de los jugadores de fútbol que al parecer esperan a tener la cámara siguiéndolos para hacerlo.
Gas.

Patricia Lara P

Lástima


Y lo observa con lástima
Y sabe que le desea lo peor
Imagina todos los dolores del mundo atosigándolo
Sabiendo que los merece todos
Uno tras otro
Hasta el fin de los siglos 
Amén

Patricia Lara P

Dolor de niño


Se desplaza como en cámara lenta, en realidad camina pero parece que flota.  Se siente tan humillada que no puede creer que se merezca algo como eso.  La vida la pone frente a las cuerdas con alguna frecuencia.  Cree que debe aprender algo.  Intenta comprenderse, comprender pero el dolor la ahoga, la oprime.
Su vida a sido eso.  Desamor tras desamor.  Cada tanto observa la niña que fue y que le duele tanto.  La niña vuelta un ovillo, que llora mientras se chupa un dedo y se hace un bucle en el cabello.  Hoy por hoy ella tiene las lágrimas secas, pero cada tanto es su niña interior la que llora.
Duele, el dolor es inmenso.  Porqué, qué puede haber más doloroso que el dolor de otro, sobre todo si el otro es uno mismo siendo un niño.
Infinito dolor y hasta lástima, siente por aquel que lo causa.  Pero todo tiene su justa medida y hasta la más mínima mota de polvo tiene su finalidad.

Patricia Lara P

Un día

Un día

Y sé que un día, no muy lejano; lo vas a ver muy claro.  Te vas a dar por fin cuenta, que no merecía yo ofensas como esas.
Y sé que por fin ese día vas a desear haberte comportado conmigo mejor.
Y ya va a ser tarde.  Pues ese día ya no estaré dispuesta a escuchar, a tratar de entender, ya no querré ni oirte.

Patricia Lara P

sábado, 24 de agosto de 2019

De odios

 
La gente no puede pasar por encima de uno con total impunidad, sin que uno tenga al menos libertad de odiarla.


Patricia Lara P

Papá

Papá

Salí a pasear con papá.  Nunca lo había hecho, y yo creía que nunca lo haría de nuevo.
Sonreí al pensar que él jamás habría salido conmigo sola.  La sociedad en aquella época habría podido verlo con malos ojos.  O por lo menos eso era lo que él decía que pensaba.
Caminaba yo a veces con prisa, otras muy lentamente mientras lo observaba a mi lado.
Miraba el cielo azul colarse por las ramas de los árboles de infinidad de colores, rojos, verdes, amarillos, café y todo ese colorido intermedio entre ellos.
El pasto verde y húmedo mojaba mis zapatillas rojas.  Las más felices.
No sé si mi estado de ánimo era de felicidad o solo excitación por la compañía de mi padre y lo que pensaba hacer.
Yo, quería deshacerme de él, de su recuerdo.  Así, que en la parte más alta del acantilado, destapé el recipiente que lo contenía y arroje sonriendo muy feliz, sus cenizas al viento.
Adiós papá, adiós recuerdos tristes.  Hola felicidad.

Patricia Lara P

No permitas

No permitas
Que se acabe el día
Sin haber sonreído unas 10 veces
Sin haber comido algo muy rico
Sin haber visto el cielo y el suelo
Sin haber dado un abrazo
Sin haber hecho una buena obra
Sin haber regalado una oración a Dios
Sin haber dado las gracias
Sin haber observado alguna maravilla al menos.
No permitas
Que una tristeza empañe un día bueno
y la falta de fe te desconsuele.

Patricia Lara P

Dedo, crespo y suspiro

Me recordó a mí misma.  En aquella época de mi vida; cuando ese dedo sabía a amor.  Me dormía ensortijando un bucle de mi pelo y succionando un dedo que era como una isla de salvación.
Me estoy volviendo débil, endeble.  Uffff.
Aquí me quedo pensando.

Patricia Lara P

Medellín

Medellín

Hace muchos años, se durmió en la tierra.  Sospechaba eso sí que al reiniciarse el mundo tendría al menos una oportunidad. Pensó que tardaría años y años para por fin lograrlo.  Así que se acomodó lo mejor que pudo en su cuna y se dispuso a tener un sueño placentero.  Las pesadillas que había tenido de calor extremo, y sequía prefirió dejarlas a un lado.
Cualquier día sorprendida sintió que se humedecía y empezaba a estirarse.  Raíces diminutas brotaron y luego un tallo verde y flexible se abrió paso también.  Dos hermosas hojas verdes brillaron como esmeraldas recién pulidas.
La vida la sorprendió.  El ruido de los autos antaño tan peligrosos sonó atenuada por la naturaleza verde que se expandía en medio de las calles.
Había además de tantas plantas repletas de flores, árboles que daban una agradable sombra.  Aves, mariposas, e insectos trabajadores incansables, hacían que la ciudad antaño gris y polvorienta pareciera un paraíso.  Un mundo en el cual podían convivir en armonía todas las especies.
Preguntó dónde estaba y alguien con cantaría voz y una agradable sonrisa dijo: "Estamos en Medellín, la ciudad de una eterna primavera".
Patricia Lara P

Tristeza

Tristeza

Triste es como me siento hoy,
adolorida.
De los días pasados,
temerosa.
De los días futuros,
expectante.
Gotas minúsculas brillan en el abismo insondable de mis ojos.
Suspiros apilados se abrazan.
Miedo.
o no es miedo
quizá es aburrimiento del todo.
Del no saber
No entender
Y lo que es aún peor
No querer.
Tristeza Infinita.

Patricia Lara P

Tango

Tango

Un día cualquiera surgió de debajo de la tierra.  La luz se filtraba por entre las hojas verdes, y colores absurdamente brillantes le encandilaban un poco.  Vio animales minúsculos desplazarse por la tierra, y otros similares pero con alas doradas ir de flor en flor.  Vio nidos con polluelos que piaban afanados mientras sus padres en frenesí los atendían.
Escuchó los pitos de los autos, y la gente transitar presurosa. A pesar del ruido y los afanes no tuvo temor alguno.  Se sintió muy seguro al escuchar que Medellín florecía.

Patricia Lara P

Esmeralda

Esmeralda

El colibrí se posó en la rama de mi hermoso naranjo.  Vio a los lados y encontró un papayo en plena producción, un banano cargando un hermoso racimo y abajo y a los lados las plantas nuevas que mostraban cuidados y oportunidades. Un guayabo cuidado, un granado feliz.  En el balcón al frente plantas florecidas y cargadas de néctar.  Todo ahí era hermoso.  Noto que mariposas y abejas se aproximaban tranquilas.  Pensó ¿Será un oasis? Maravillado vio que cerca muchos árboles frutales sanos y tan verdes se mecían en paz.  Quiso asegurarse un poco más y observó que a pesar de los autos y la gente la fauna y la flora aumentaban.
Se preguntó en seguida si era el paraíso y sí.  Medellín florecía.  No lo dudó un instante empezó a construir su nido en la seguridad absoluta de que su familia estaría sana y salva.
Patricia Lara P

Medellín florece

Florece Medellín

Literalmente.  Hoy como antaño vemos balcones llenos de flores y no sólo eso.  Mariposas, abejas, aves de variadas clases se posan en las ramas de nuestra hermosa ciudad.  Los ciudadanos conocedores de la importancia de ello cuidamos y nos alegramos con tanta magnificencia.

Patricia Lara P

Empresa de telefonía

Hoy por tercera vez fuimos a Movistar para hacer la misma diligencia.  Ya me sentía molesta en realidad, así que iba con ánimo bien belicoso.  No desperdicié entonces la oportunidad para señalar las anteriores empleadas que no supieron solucionar el "problema".  
Salgo de ahí aún exasperada a comprarme una oblea que me encanta.  Veo la señorita que atiende, aún acomodando los productos; así que espero.  En eso se aproxima otra persona y hace su pedido.  Mi respuesta inmediata es decir:  "Perdone señorita, pero yo estaba primero".  Mi acompañante me mira desesperado y cómo con ira.  Cosa extraña en él, que siempre ha exigido sus derechos a veces hasta airadamente.  La vendedora, me mira como diciendo que tengo la razón y me atiende.
Yo en realidad no siento haberme comportado de una manera incorrecta.
¿Ustedes qué habrían hecho?
Patricia Lara P

Nano

Nano

Nano era un ser humano obscuro, contrahecho.  Se desplazaba por la vida con gran dificultad debido a su cadera sumamente dañada y a su pierna más corta.
Lo veía a veces observarnos.  Nunca nos habló, pero sus ojos vivaces brillaban siempre por el rabillo.
Procuraba Nano estar alejado de las gentes.  Imagino yo que siempre fue maltratado y menospreciado por su defecto físico.
Vivía muy pobremente en un espacio minúsculo construido casi debajo de las escaleras de la casa.  En realidad él solo necesitaba un sitio donde arrojar un roído colchón para dormir y descansar su cuerpo tan maltrecho.
Nano se enteró un día que a su benefactora le estaban robando sistemática y constantemente los frutos de su pequeña granja.
Él, se dio a la tarea de investigar.  Agazapado como siempre estaba.  Oculto aun en medio de las gentes que lo ignoraban.  Descubrió al criminal.
No dijo nada, no llamó la atención sobre sí mismo, ni sobre el infractor y una noche hermosa, de luna llena.  Se le aproximó sigilosamente.  Sin mediar palabra lo atacó por la espalda.  Al verlo herido gravemente en el suelo, procedió a exponerle los motivos.  Le dijo que sabía que no se habría arrepentido, que no habría dejado de cometer los robos y que ante eso lo único que le quedaba era la muerte.
Nano vio directamente a los ojos al criminal.  Lo observó hasta que el brillo de los ojos cesó y la respiración difícil terminó. Procedió entonces a hacerle un tajo en el cuello y otro en el abdomen y lo arrojó al río que siempre ha sido depositario de despojos.
Un día cualquiera, como al descuido Nano dijo a su benefactora y amiga.  "Creo que no la van a robar más".
Al principio preguntaron por el ratero.  Luego alguien, quién sabe quién, dijo que seguro alguien lo había descubierto en un robo y lo había invitado a abandonar el barrio.
Ya la gente lo olvidó.  Nadie de él se acuerda.  De Nano tampoco.  Pues era un ser muy simple, casi invisible y no sé si decirlo también.  Un amigo de muy pocas palabras pero de grandes acciones.

Patricia Lara P

Allí

Allí

Debajo de mi piel se esconde
una ninfa cansada
del deseo contenido,
una leona triste, herida,
por un amor perdido,
una amante blasfema,
cófrade de Anacreonte,
¡una estrella fugaz, perdida en el horizonte!

Solapada en esta piel yacen
siglos de suspiros contenidos
secretos inconfesos
besos que duermen, ilesos,
a la espera de un simple estallido,
ilusiones que día a día renacen.

Allí, donde nadie mira,
conviven tristeza, amor,
nostalgia, dolor,
¡alegría e ira!
Allí, donde nadie mira,
quema el hielo
hiela el fuego
moran la muerte y la vida.

B. Osiris B.


 >^-^<

Asesino en serie

El asesino en serie enfermó de Alzheimer.  Olvidó por completo sus crímenes, su modus operandi.  Aún así, su instinto lo llevó a cometer un crimen más.  Sólo uno.  El cual lo inculpó de tal modo.  Que la cárcel era su próximo destino, y quizá también la silla eléctrica o algo peor.
El hombre allí, el asesino.   No lograba entender porqué el odio.  Porqué le infringían tanto dolor, porqué...

Patricia Lara P

domingo, 21 de julio de 2019

Un segundo

Un segundo

Y fue como si el mundo de pronto se expandiera y encogiera en tan solo un segundo. 
Y se creara, se recreara y explotara en tan solo un segundo.
Y el corazón, el cuerpo, el alma entera creciera y se achicara y todo en  un solo segundo.
La vida se creó, recreó, y destruyó en un segundo.

Patricia Lara P

Sin gota de rencor

Sin gota de rencor
 
Lo dejaron regresar 
Sin una gota de rencor, de amargura, de rabia, de dolor, de angustia, de esperanza.
¿Sería acaso bueno eso?
La vaciedad de todo.
De los sentimientos, de los deseos, de los amores, de los anhelos. ¿Será bueno el vacío?



Patricia Lara P

Vídeos

Vídeos
 
He estado viendo vídeos en YouTube de maquillaje "normal".  Para una fiesta e incluso de día; para la oficina o una cita en la tarde.  Y se aplican tantas cosas que al final creo yo.  Lo que les queda es una máscara que con algo de paciencia se podría retirar y guardar en una caja en uno de los tantos  cajones del tocador y reutilizar un par de veces por lo menos 
Si una persona necesita esa cantidad de maquillaje para sentirse bien y linda.  Debería cuestionar su existencia.  Acudir a terapia y hacerse reinstalar en otro cuerpo.

Patricia Lara P

Justicia criminal

Justicia criminal

Uno no debería desearle el mal a un abogado por defender a un criminal.  El abogado cumple con su trabajo y el criminal tiene derecho a una defensa.  Pero... ¿Quién en su sano juicio no desea que un violador se pudra en una cárcel?  ¿Quién no les desea pena de muerte y hasta tortura previa?
A veces caben dudas y uno se cuestiona y se pregunta.  Pero cuando es un criminal confeso o capturado en flagrancia que procede hacer.
En serio eso de que la justicia cojea pero llega no es tan cierto.  La justicia que se puede comprar no es justicia.
¡Hágame el favor!  ¡Cuanta impotencia y rabia!
Y uno que se despierta en las mañanas y lo que pone en la radio o la televisión son las noticias y claro;  se empieza el día enojado, preocupado y pensando pensamientos pensantes.  De esos que son destructivos y nefastos.
Yo.

Patricia Lara P

Aprendiendo

(Jaime Andrés)
Se queda uno entonces sin palabras.  No sabe uno qué decir o qué hacer.  A pesar del amor que es innegable las palabras no alcanzan.
Uno quisiera ponerlos en un sitio, alejado de todo aquello que pueda causar dolor o penas.  Pero no puede.  
Al parecer estamos aquí para aprender.  Crecer ni siquiera intelectualmente, sino emocionalmente.  Y crecer duele.
Y entonces uno se pregunta cuál es el motivo para hacerlo y lo único que aparece como respuesta posible es la superación.  Superación de etapas para acceder a momentos mejores en la historia.  A lo mejor se necesitan muchas vidas para hacerlo.  A lo mejor muy pocas.  No sabemos.
Entonces luchemos para aprender y ser y vivir ya superados nuestros límites de la mejor forma posible.
Apoyarnos en aquellos que nos aman es necesario.  Así que hagámoslo en el conocimiento de que ellos quieren para nosotros lo mejor.
Te quiero con el alma.

Patricia Lara P

Servicio al público

Servicio al público


Según ellos no hay necesidad de pedir cita.  "Sólo venga y tenga un poco de paciencia".  Pero, en realidad no es un poco.  Hay que armarse de mucha paciencia y esperar y esperar, sin saber si en algún momento lo llamarán.  Pasan y pasan personas y uno ahí.  Esperando impacientemente mientras además escucha, toser, escupir, sorber mocos y lo que es aún peor; vomitar.
Escucho a un pobre hombre que hace unos esfuerzos sobrehumanos para vomitar.  Dónde fuera yo ¡Dios mío!  Quién lo estuviera haciendo, habrían tenido no solo que ir a recogerme, sino también habría habido necesidad de enviar una cuadrilla de limpieza.
Bueno, regresando al tema de esperar con paciencia.  Ya desespero.  No sé qué pasa.  No sé porqué no llaman aún cuando sea a hacer la documentación en ventanilla.  No sé.

Patricia Lara P

Entendí

(Aprendí)

Que todos los días se aprende algo.  Una palabra, una actitud, una acción, una obra, una creación e incluso la destrucción.
Y es que al parecer la vida es un aprendizaje.
Patricia Lara P

Soñé

Soñé

Soñé que me besabas hoy.  De nuevo.  Cómo soy yo, hoy.  Cómo eres tú, hoy.
Y ya no éramos los mismos.  Ya no somos los mismos.
Las miradas cambiaron.
Nuestros cuerpos también lo hicieron.
El abrazo de sintió diferente, lejano.
Aburrido.
Es que ya no somos los mismos.
Patricia Lara P


Eres las estrellas, la luna y el cielo
Eres todo lo que brilla
Eres el calor del sol
La frescura del aire
La calidez del viento que me despeina
Eres el aire que respiro
Las gotas de lluvia que me bañan
Las lágrimas que derramo por alegrías.


Patricia Lara P

Hoy me volví a encontrar

(Hoy por hoy)

Yo me volví a encontrar en mis escritos
Vi la mujer que siempre he sido
Variable, cambiante, moldeable
Siempre dispuesta
A dar un abrazo grande
A entregar una sonrisa franca
Un consejo a tiempo.
Solidaridad de género
De humanidades
Miro atrás
Y entonces me veo
Sorbiéndome un dedo
Ensortijado un crespo
Mocos en la nariz
Lágrimas en las comisuras de los ojos.
Un poco más cerca o más lejos
Estoy de nuevo
Arrodillada encerando el piso
Sentada en una brillante y rosada silla... Leyendo
Viviendo y recreando vidas ajenas
Después me veo empezando un hogar
Criando una familia
Inventando formas de hacerlo
Equivocándome y cayendo y fallando de nuevo
Pero sin dejar de intentarlo.
Después, entrada en carnes y en años
Me veo escribiendo, leyendo, tejiendo
Haciendo cosas de señora mayor
Hoy por hoy sigo en las mismas
Pero con la mirada brillante
Y la esperanza
De que todo no sea sólo esto
Que hayan más y mejores yo en mis futuros.
Viviendo.

Patricia Lara P

Mi tristeza

 Mi tristeza  Se dibujará sólo un instante en un brillo o en un oscurecimiento de mi mirada. De ahí en más. Si alguna vez acaso, se asoma po...