Medellín
Hace
muchos años, se durmió en la tierra. Sospechaba eso sí que al
reiniciarse el mundo tendría al menos una oportunidad. Pensó que
tardaría años y años para por fin lograrlo. Así que se acomodó lo mejor
que pudo en su cuna y se dispuso a tener un sueño placentero. Las
pesadillas que había tenido de calor extremo, y sequía prefirió dejarlas
a un lado.
Cualquier día sorprendida sintió que se
humedecía y empezaba a estirarse. Raíces diminutas brotaron y luego un
tallo verde y flexible se abrió paso también. Dos hermosas hojas verdes
brillaron como esmeraldas recién pulidas.
La vida
la sorprendió. El ruido de los autos antaño tan peligrosos sonó
atenuada por la naturaleza verde que se expandía en medio de las calles.
Había
además de tantas plantas repletas de flores, árboles que daban una
agradable sombra. Aves, mariposas, e insectos trabajadores incansables, hacían que
la ciudad antaño gris y polvorienta pareciera un paraíso. Un mundo en
el cual podían convivir en armonía todas las especies.
Preguntó
dónde estaba y alguien con cantaría voz y una agradable sonrisa dijo:
"Estamos en Medellín, la ciudad de una eterna primavera".
Patricia Lara P
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