martes, 24 de septiembre de 2019

Llueve


Salí a caminar como casi todos los días.  Una pequeñísima llovizna avisaba lluvia.  Previsiva como soy, tomé mi paraguas y con optimismo pensé; "si lo llevo, con seguridad no llueve".
Hice mi recorrido cantando, observando, escuchando, pensando, como todos los días.
Ya como a un par de kilómetros de regreso.  Unas gotas gordas y bonitas me hacen abrirlo.  Sigo caminando y las gotas emocionadas todas, se toman de las manos y se deslizan felices por todas partes.  Yo, optimista como soy, agarro más fuertemente mi paraguas y continúo.  Ahí, justo ahí.  Me doy cuenta que esos elementos no sirven para nada.  Bueno, tampoco así.  La carita no se moja tanto jajajajaja. 
El agua se deslizaba por mi espalda desde el cuello, lavándome completamente.  Hijuemadre.  Al principio trataba de saltar los arroyos de agua que corrían por las aceras, y ya luego a disfrutar carajo.  
¡Qué delicia!  Esa niña chiquita que hay en mí, caminó por los charcos, bailó bajo la lluvia y fue feliz de nuevo.
Yo.

Patricia Lara Pachón

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Veo

  Veo esas paredes de bahareque, blancas. Puerta roja a juego con la única ventana. Veo a María la O con sus ojos brillantes, su sonrisa y s...