martes, 24 de septiembre de 2019

El hombre del auto

El hombre del auto

Todas las mañanas excepto la del domingo lo veo.  Sentado frente al volante de un auto a veces, otra limpiándolo, en otras oportunidades con el capó levantando tal vez haciéndole alguna reparación.
Es curiosa esa actitud.  Al parecer espera a alguien.  
Yo, con mi mente que vuela.  De alguna forma le tengo miedo.
La verdad el físico no le ayuda mucho.  Cabello largo, grasoso, peinado prolijamente y muy ensortijado. Cara vieja, amarillenta, mirada huidisa y siniestra.
El miedo es por lo que de él, creo.
Imagino que lleva al trabajo a una mujer no muy mayor, bonita, atractiva a sus ojos y a los de los demás.  Celoso como es, teme dejarla sola.  No quiere que se escape, así que no le pierde pie ni pisada.
Desde donde el espera ve ambas salidas y él parece un perro viejo que al tener la presa entre los dientes no la suelta.  Si alguien quiere quitársela aprieta más y más.  ¿Y qué creen?  La víctima indefectiblemente siempre es y será ella.
Cuántas mujeres están atrapadas en relaciones similares.  Cuántas no ven la forma de escapar.  Cuántas son esclavas de sus decisiones de antaño.
Ojalá alguien la ayude.  Y este perro viejo se duerma un día para que ella pueda escapar para no volver jamás.

Patricia Lara P

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