miércoles, 22 de febrero de 2017

Y fue entonces

 
Y fue entonces
que la vida se paró de pronto
ni una hoja del árbol que miraba
se movió en la rama.
El silencio fue tal
Que resultaba ensordecedor 
para su alma afligida.
Sólo acató a bajar la mirada,
lentamente
hasta depositarla en el ave
estática
que yacía en la grama.
Jamás...
Jamás volvería a usar esa cauchera.
Jamás...
Jamás le cortaría la vida a otro ser.
Jamás...
Jamás volvería a sentir ese extraño dolor
Esa terrible opresión.
Esas ganas de llorar sin fin, sin fondo.


Patricia Lara P.

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