miércoles, 18 de junio de 2014

Rex y Gustavo



Rex no parecía amar a Gustavo.  Lo amaba.
Cuando Gustavo llegó, siendo un bebé muy enfermo, Rex lo adoptó y lo cuidó amorosamente.
Cuando Rex partió al cielo de las mascotas, Gustavo, lo buscó primero, luego se deprimió y después lo lloró un poco.  Se me pegó de una forma loca, pues sentía que yo lo extrañaba y sufría por su ausencia y tuvo la amabilidad de tratar de que no la sintiera tanto. 
Le agradecí mucho que se me “apegara” pues siento que nos consolamos mutuamente.
No es lo que pediste Maruchita, pero es lo que sentí que debía escribir.
Abracitos.

Patricia Lara P.

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