domingo, 1 de junio de 2014

Resfriado





Leyla yace helada en la poltrona de la sala, frente a la tv. Los ojos exorbitados muestran el esfuerzo continuo de una tos incansable que todos los vecinos alcanzaron a escuchar durante la medianoche. Siempre fue impaciente, los hechos lo demuestran. Todo el que la haya conocido lo puede corroborar. Pero hoy ha sido el colmo: ansiosa por detener esa agobiante tos que la asediaba, se ha tomado dos cajas de tabletas para el resfriado. Al parecer soy muy efectivas, ya no tose ni un poco. Tampoco respira, pero eso es apenas secundario.

B. Osiris B.

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