Pensaba en la muerte, con alguna frecuencia lo hacía y se decía que el día menos pensado caería como un pollo por ahí en cualquier parte. Media calle por ejemplo, cruzando un parque, sentada en el auto o incluso mientras escribía algo en el computador. Incluso imaginó que se acostaría y ya no despertaría más.
Un día sin casi darse cuenta, se encontró pensándolo de nuevo y se
sintió desorientada. No sabía dónde estaba y le pareció curioso tamaña
desubicación. Era medio ida casi
siempre, pero en este momento si estaba perdida completamente.
Miró a los lados y vio como la gente se arremolinaba a su lado, vio el
cielo brillando intensamente, cuando apenas hacia un instante lo había visto
cubierto de nubes, llorar a raudales.
De
pronto, al ver aún más gente a su alrededor, se giró a un lado y al otro y por
fin miro a sus pies. Ahí estaba ella... tendida como siempre lo imaginó...
como un pollo.
Patricia Lara P.
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