Me gustaría tener una historia cada día.  Algo importante.  A lo mejor un descubrimiento o un análisis científico. 
Tal vez poderte contar que alguien por fin descubrió la cura contra alguna de
esas tantas enfermedades catastróficas, castrantes, dolorosas, enloquecedoras.
Pero, al no ser así; como no puedo referirte cosas como esas, pues me
gustaría hablarte de situaciones  actuales.  Deportes por ejemplo.  O
mejor moda, cocina, cine, libros, política.  Igual sé que entre esa selección
hay cosas que no me llaman poderosamente la atención y siento que a ti tampoco.
Así que sigo pensando qué podría contarte;  y pienso en algún chisme suculento.  Una
historia real que le sucedió a un amigo de un amigo.  O a alguien muy
cercano, y claro; no puedo andar por la vida develando intimidades.  Así que el tema es vetado unilateralmente y
para siempre.
Entonces me conformo con imaginar cosas y contártelas, de una forma
linda pero discreta y encantadora a la vez.  Algo que te llame la atención
y quieras o bien leerla o escucharla hasta el fin.
No
siempre se logra eso.  No todos los días tienes imaginación que
alcance.  No hablo de ganas;  ¡Que
tal!  ¡No señor!  Solo hablo de que a veces la imaginación no alcanza
y las palabras se diluyen en la mente y suben y se pierden como motas de vapor
entre las nubes.  Un día; espero.  Poderlas reunir todas,
toditas.  Y así por fin poder tenerte para mí unos instantes y contarte
algo que te guste, que te interese mucho.  Tanto así que por fin tú,  decidas prestarme atención unos cuantos
minutos y embeberte  esa historia  que hilvané para ti y solo para ti por tantos años.
Patricia Lara P.
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