Llegaste a mí
Una sonrisa tímida se dibujó en
tu rostro
en el mío una de total
coquetería.
Pronunciaste tu nombre
Enredado en tus labios.
Y yo te dije el mío.
Bajaste la mirada
Yo sostuve la mía.
Note que te gustaba
me llenó de placer suponerlo.
Te sonreía siempre
quería verme en tus ojos
saberme objeto de tus
pensamientos
y de cada uno de tus deseos.
Me hacía feliz imaginarme en tus
brazos
suponer que paseaba mis labios
por los tuyos.
Enredarme en tus brazos
Era mi idea de cielo.
Luego un día cualquiera
Uno entre tantos, tantos
Me dejaste partir
O tú te fuiste.
Sin un adiós
-sin nada-
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