lunes, 16 de abril de 2012

El poder de la palabra


Camino entre unos corredores del supermercado
empujo un carrito que ya contiene alimentos.
Cara lavada
Jeans ajados
camisa blanca limpia
Zapatos altos
-Siempre-
Caminando hacia mí viene un hombre
un señor un poco mayor que yo
-tal vez-
O de mi misma edad.
-Quizás-
De pronto observando hacía mí;  exclama:
"Que mujer más hermosa"
Asombrada miro hacia atrás
para verla también.
-Nadie-
En aquel pasillo del supermercado 
solo estamos él y yo.
Me sorprende un poco la exclamación
me quedo pensativa
le sonrío y saludo
y continúo haciendo mi mercado.
Por fin llega mi amiga
y le cuento el suceso
Ella pregunta:
¿En serio no había nadie más?
y yo le digo ahogada en carcajadas
No.  No había nadie más
Y continúo diciéndole:
“Ese señor me alegro el día”
-No me sentía exactamente bella aquel día-

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mi tristeza

 Mi tristeza  Se dibujará sólo un instante en un brillo o en un oscurecimiento de mi mirada. De ahí en más. Si alguna vez acaso, se asoma po...