Yo no lloro. No acostumbro llorar. Igual no es por resequedad en los ojos, ni por deshidratación. Es solo, que no me gusta el llanto. Y odio lo que las lágrimas le hacen al rostro.
A veces bostezo y una lágrima aflora y algunas veces desciende por la cara.
A veces, sin más ni qué sucede. No por un incidente, ni por una situación puntual o una tristeza reciente. Tan solo la lágrima sale y se desliza. Con la punta de un dedo la tomo y la seco frotándolo con otro. Muy seguramente las lágrimas deben salir, bailar entre las pestañas y caer. No porque exista un motivo, muy seguramente por todos los motivos.
Mejor dejemos el dolor de lado y pensemos únicamente en las lágrimas. Las que son porque sí.
Patricia Lara P
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