Buena
Ella es muy buena. Va a
cada casa donde la necesiten. Cuida de un enfermo aquí, de un anciano
allá. Prepara alimentos en una casa y en la otra. Las limpia todas.
Aplica inyecciones y cambia pañales. Lleva siempre en sus bolsillos una
pastilla para calmar el dolor. Una crema para sanar una herida. Ella es
buena. Sumamente buena.
Mientras ella hace cada
obra de caridad, va destilando su veneno. Unas palabras que calan
profundo y envenenan el alma. Y abren las heridas que nunca deja
sanar. No de una persona. De toda la comunidad. Ella en realidad
repta.
Nadie se atreve a decir nada en su contra. Porque ella es muy buena.
Patricia Lara P
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