viernes, 7 de noviembre de 2014

Olvidados





Se fue por el camino de los recuerdos, deambuló rauda por unos y tan despacio por otros que apenas si se apreciaba el movimiento de sus pasos.  El pecho subía y bajaba, el corazón parecía querer salirse, los labios se secaban y tenía que constantemente irlos remojando con la lengua roja, jugosa, gustosa.
Recordó el momento mismo en el que lo conoció.  Sus ojos oscuros brillantes, su cabello lacio y abundante, su caminar lento pero masculino.  Y de pronto también se acordó de su boca.  Tan dispuesta a los besos, lentos, largos, apasionados.  Su sabor regresó a su pensamiento y los disfrutó de nuevo.
Sacudió de su mente sus recuerdos, les dijo no regresen, se conminó a olvidarlo, a olvidarlos. 
Hoy reposan para siempre en una caja gris, en un estante oscuro, lejos de los demás.  Perdidos para siempre.  ¿Olvidados?
Patricia Lara P.

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