lunes, 30 de diciembre de 2013

Se me perdió una vieja




Tengo dos días de buscarla y no la encuentro. Es una vieja recochera, de nariz respingada y sonrisa afable. Gusta de tejer y hacer manualidades y no se le da muy bien hornear pan, aunque en otros menesteres dicen que es de las mejorcitas. Temo que me la hayan raptado los enanitos zapateros o el Sastrecillo Valiente, pues con las manos tiene ella sus mañas y a ellos eso les encanta. ¡O tal vez se fugó con Aladino a dar un último paseo al 2013! No. Eso sí que no lo creo, ella no viajaría sin su gato pues, como buena bruja que se precia de tal, vive y muere con su bichejo, al que consiente de una manera única. ¿Y si se le pasó lo que a su tatara tatara tatara abuela, la bruja de Hansel y Gretel? ¡No, no creo tampoco! Ella es muy despabilada en eso de asomar su verrugosa nariz a las ollas, si hay algo de lo que ha aprendido es de los accidentes familiares. ¡Ah, ya sé!, segurito se fue a visitar a su prima segunda, la Ratita Presumida, para que le dé unos consejitos para acicalarse en Noche Vieja. ¡Ni modo, tocará esperar a ver qué novedades trae!
B. Osiris B.

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