martes, 31 de diciembre de 2013

Quijo y Dulci o Te y Nea




Cuenta la historia que en algún lugar de la mancha de cuyo nombre quisiera acordarme, vivía un magnífico hidalgo que Quijo te;  se llamaba.
Cuenta también esa misma historia que el señor don Quijo Te ardió en amor a primera vista al ver una triste lavandera que a su imaginación llegó como una noble dama y que por nombre llevaba Dulci Nea.
Don Quijo y Dulci jamás lograron vivir su amor pues ella lo creyó loco y él al verla como efectivamente era, apagó su pasión.
Aquel amor de novela un vientecillo apagó.  Las llamas y los ardores no eran más que algún  dolor,  por la mala indigestión.

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