La llamaban mamá y le succionaban la vida. Recordaba levemente su mundo antes de este.
domingo, 28 de julio de 2024
Misericordia
No se reconoce
Vivió y creció perfectamente aterrado en el sótano de esa casa. Los monstruos cambiaban. A veces un hombre con mirada siniestra. A veces una mujer aterradora. Todos con las ropas y las manos manchadas de sangre. No supo nunca como sobrevivió pero lo hizo. Fue a pesar de su corta edad cercenando las vidas de aquellos monstruos.
No se si les pasa
No sé si a ustedes les pasa pero hay acciones, actitudes, palabras, miradas, etc, que lo retrollevan a otros momentos de la vida. Y entonces empiezan a hacer sonidos en nuestra mente e infinidad de luces se vuelven intermitentes, y brillan con locura. Y es ahí cuando a uno le regresan ciertos dolores en el alma y la mirada se opaca y se regresa y queda en la situación anterior viéndola vívidamente una y otra y otra vez. Que pereza esa sensación de desasosiego. Dios guarde.
Carta V
Escribo ésta carta para mi. Igual se que al leerla sentirás que es para ti. Ya que ambos hemos crecido superando grandes retos. Hemos aprendido a vivir con poco pero disfrutamos lo mucho. Hemos hecho sacrificios por otros y también algunos los hicieron por nosotros.
Carta IV
Mi querida Ilda. Aprecio tu compañía y tu amistad. Siento que Dios me está dando el maravilloso regalo de conocerte. Compartir contigo las palabras escritas en muchos libros y las historias de vida personal es maravilloso.
Carta III
Querido profe Charly. Me quedé frente a esta página blanca pensando que decirte. No porque sea poco lo que haces por nosotros, sino al contrario.
Carta II
Al profe Daniel
Carta I
Escribo ésta carta para ti. Si, para ti que en éste momento me lees. Ahora que tengo toda tu atención te diré, que la vida es bella. Que todos y cada uno de los días vale la pena levantarse y hacer. Todo aquello que hará feliz a alguien pero sobre todo a uno mismo.
Y con el alma desnuda
Un día cualquiera abrí los ojos y nada. No ví nada. Nada nuevo. Sólo lo normal e invisible ahí estaba. Así que me di a la tarea de desvelarlo todo. Todo eso que era intangible pero que se vivía real si yo quería hacerlo. Ahí estaba mi cama tibia y destendida y sobre ella estábamos Capitán, Ricardo y yo. Uno velaba, el otro comía distraído y yo escribía. Normal. Todo muy normal. Frente a nosotros, dos ventanas y en medio de ellas el televisor transmitiendo algo a lo que ninguno de nosotros le prestaba real atención. Abajo un cuadro, una repisa con el reproductor, y al lado el ventilador reposando sobre mi cajonera. Un mueble que contiene infinidad de tesoros jajajaja. Algunas cosas que conservo porque no he logrado desprenderme de ellas y otras porque sencillamente no son del uso diario y cotidiano.
Otro sueño
Soñé con esa cobija cálida y colorida. Que alguien puso sobre mis hombros ateridos de frío. Una sensación reconfortante me embargó. Fue como haber llegado a un puerto seguro. A veces esas acciones me llenan de confianza en la gente, en la vida. Un simple y sencillo sueño que le tranquilizó por unos días.
Me muero cuando yo quiera y bajo mis condiciones
Y el doctor le dijo. Lo siento mucho (ja) le tengo malas noticias, pero debo dárselas. Usted tiene un tumor cancerígeno y ya le hizo metástasis. Su columna vertebral, pulmones y cerebro están invadidos. Le queda si acaso un mes de vida. Velaremos por su comodidad mientras usted pone sus cosas en regla.
No imposible
Mente y manos
Nosotras. Incapaces de tener las manos quietas, sin uso, sin darles la oportunidad de crear algo. Así como la mente nos impele a hacer. Nuestras manos están condicionadas a crear. Dios nos bendiga.
Patricia Lara Pachón
Pedos y relinchos
Pedos y relinchos
Uno por pobre
Uno por pobre.
Sin tareas
Sin tareas
Por ti
Mi voz para ti era cálida y dulce
Mi abrazo era el más tierno
Mis manos suaves te prodigaban las mas dulces caricias.
Tejiendo
Tejiendo
Corrí
Corrí, corrí como si de ello dependiera mi vida. Y efectivamente así era. Yo misma no estaba enterada de lo terrible de mi situación. A lo mejor por eso o quizá debido a eso me esmeré más en la carrera. Respiraba adecuadamente, mantenía mi posición erguida y había amarrado mi cabello con un lápiz que encontré. No miraba más que al frente. De haber observado lo que sucedía a mí alrededor posiblemente habría decidido tumbarme a orilla del camino y dejar que la vida mía como la de tantos otros se extinguiera. Pero no, yo corría con prisa, sin pausa y sin mirar más que un punto focal. Escuché gritos, improperios, maldiciones pero en realidad no oí nada. Lo único que cambia en mi mente era correr. No importaba por cuanto tiempo, no importaba el cansancio, el mundo me era indiferente. Solo correr y correr.
Y ni el mundo entendió
Y el mundo se fue para atrás al ver la estupidez de las gentes que caminaban sobre él. Eran como bichos rastreros o peor pues se suponía que tenían entendederas. El mundo no podía entender lo que pasaba. Había corrido la voz de que el vivo vivía del bobo y se habían dado a la tarea de robar a manos llenas, de asesinar a los congéneres o de por lo menos hacerlos quedar mal desacreditándolos. Era increíble en serio. Lo peor era que a pesar de creerse inteligentes, no lo eran. Que vergüenza tan grande. Incluso el mundo sin ser el responsable se sentía apenado, apesadumbrado y sintió unas enormes ganas de sacudirse. Pero no un pequeño sacudón. Uno grande, grande. Uno que despachara por los aires a todos los seres humanos. En serio el mundo tenía unas ganas enormes de empezar de nuevo. Animales simples y sencillos. Aves, perros, gatos y otros cuantos más. Amables, generosos y caritativos.
Me dijo y yo se lo creí
Me dijo que yo no le importaba y yo le creí. Me dijo que estaba ocupado y también se lo creí. Me dijo que no era yo, que era él y de todas formas yo se lo creí.
Violación
Violación
Horripilante
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Bendito Dios
Bendito Dios
La buena -Parlache-
La buena / Parlache
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