miércoles, 29 de agosto de 2012

Don Mimoso



Y entonces don Mimoso
se me aproximó
posó cuidadosamente su nariz en la mía
y me observó. 
A lo mejor pensó;
si  Ella abre los ojos salto, corro
y me voy.
Me quedé quietecita
Tanto… tanto señor 
que yo contuve incluso la respiración.
Y entonces don Mimoso
posó con suavidad sus manos en mi cara
y me miró curioso,
a lo mejor pensó
si Ella abre los ojos salto, corro y me voy.
Yo sonreí por dentro
y fingí dormir; si señor.
Entonces don Mimoso
sacó un tanto las uñas
e hizo el mohín de herir.
Yo abrí un poco los ojos y lo miré sufrir
no pude contenerme y fue cuando sonreí.
Y entonces don Mimoso
un tanto enojón
me dio un pequeño golpe, maulló alegando hambre
y sin más él partió.
Lo miré con los ojos muy llenitos de amor 
lo vi pararse un rato; en la puerta esperar
levantando la cola y tratando de hablar.
Y entonces don Mimoso
al ver que no había de mi parte alguna reacción
se regresó furioso
de un salto se trepó en la mesa de noche
y empezó con fruición y con saña
a arrojar al piso mis objetos señor.
Me tocó levantarme
decirle por favor 
no, eso no se hace... no señor
e ir a la cocina a darle de comer y beber
al mandón.

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