En el orfanato se había criado sola. Las monjas le habían dicho que sus padres habían muerto poco tiempo después de su nacimiento. Sin embargo la fé o la esperanza le ayudaron a pensar que existían y de esa forma fue que logró sobrevivir.
Un día la certeza la abrumó, le llegó de golpe como una cachetada directa a la cara.
Las lágrimas fluyeron como si de pronto acabara de contemplar sus cadáveres. Como si sus padres acabaran de morir.
La esperanza se desvaneció y la certeza lo fue todo.
Patricia Lara P
No hay comentarios:
Publicar un comentario