Pensé que el pajarito ya quería irse. Así que lo llevamos a la calle y pensando que su nido está en el naranjo, intentamos dejarlo en una de sus ramas. El se arrojó al suelo. Lo tomamos de nuevo y abrimos las manos a ver si volaba. Y nada. Hay que agregar que no se le ve ningún daño físico. Ahora sigue en casa. Acaba de tomar agua y de comer un trocito de banano. Veremos cómo sigue ésta historia.
Es hermoso y con sus deditos se agarra de mi mano. Estoy enamorada 
Patricia Lara P
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