Hay que cuidarse de las lenguas desatadas que van
lanzando cizaña a diestra y siniestra. 
Incluso a veces sin pensar en las repercusiones que tiene repetir cosas
o sencillamente amañarlas a su antojo. 
Que miedo da, pensar en que si uno no tiene cuidado puede llegar a ser
un ser como esos.  La desocupación, la
falta de educación, el deseo de ser el centro de atención y todo eso oculto en
una máscara de solidaridad y colaboración. 
¡Dios guarde!
Patricia Lara P. 
No hay comentarios:
Publicar un comentario