El viento la
espanta, el menor roce la hace replegarse en sí misma, el sol la acaricia y temerosa
tiembla, la mariposa la sobrevuela y ella solloza.
Pobrecilla mimosa,
constantemente espantada del clima, de la gente, de todo aquello que la rodea pues
siente que la agrede.
Pobrecilla mimosa.
Patricia Lara P.
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