Era la palabra que surgía
en su mente una y otra vez. Irremediable. Cambiar su forma de ser y
de pensar, lógico si se cambia. Pero a fuerza de ires y venires, de
vivencias, de dolores grandes o alegrías extremas. Pero cambiar porque
sí. Porque alguien se lo pedía era casi imposible.
La vida lo lleva a
uno a veces raudamente y otras lento. Tan lento que el aleteo de un ave
ni se logra apreciar siquiera.
Se percibía
cambiante no voluble, solo adaptable a las circunstancias y a pesar de eso
igual; siempre la misma. Aun así, le pedía un cambio, a veces era ella la
que lo hacía, a veces los otros e incluso el entorno la llevaba a
sobreentenderlo.
Irremediable, esa
era la palabra que surgía en su mente cada vez que pensaba que debía hacer un
cambio en su forma de ser y ver la vida y no lograba o no deseaba o
sencillamente le era imposible hacerlo.
Irremediable.
Patricia Lara P.
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