
Estoy en plena hibernación... No es que sea una osa, ni que me sienta osa, más bien es que cuando llega el invierno atroz duermo. Y no me refiero a un invierno de nieve, vientos y lluvias sino más bien a un invierno emocional. Es decir, cuando la vida se torna un poco inhóspita duermo. En estos tiempos de muerte de amistades, enfermedades de amigos, parientes y demás lo mejor es tomarse un sano respiro y dormir olvidando momentáneamente las malas situaciones para poder regresar luego renovada y acompañar, ayudar y sostener un poco a quienes queremos.
Así que ando hibernando y soñando mientras tanto con tiempos mejores.
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