Veo a Dios como a un padre bueno y amorosos, lo veo consolando, defendiendo a sus hijos, acompañándolos, curando sus heridas, etc.
A él
Le doy gracias; al padre. Por mi abuela amorosa, por mis tíos; principalmente por Elizabeth que llenó mis días y noches de historias creadas y recreadas para nosotros.
Gracias por el azúcar lleno de hormigas que fue lo que unió a mis padres sin los cuales no habría tenido esos maravillosos hermanos, grandes compañeros de crianza.
Gracias por la música a mi izquierda y el rumor del rio cauca a mi derecha.
Gracias por permitirme aprender a leer y entender y luego por poder plasmar en letras tanta vida.
Gracias por ese par de hijos que engendré y por el buen hombre que llegó a mi vida para que pudiera yo tener ese maravilloso privilegio.
Gracias por los arreboles, por las noches pacíficas y apacibles. Por la facilidad que me diste para lograr dormir y repararme.
Gracias por la memoria, por las flores, por los colores.
Gracias por los alimentos que gracias a ti nunca faltan en mi mesa.
Gracias por la salud, por el agua, por el fuego. Por la adaptabilidad.
Gracias infinitas por las ganas. ¿Ganas de qué? De vivir hasta donde alcance.
Yo.
Patricia Lara P
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