Me dices que te vas, que he sido mucha vida malgastada.
Que las caricias se murieron de hastío en tus manos.
Que las miradas cansadas de mirar se dirigieron a otras que si ansiaron y como mariposas en vuelo hasta ellas llegaron.
Me dices que te vas, que no hay retorno. Que si algo hubo, murió hace ya años.
Yo, dejó de respirar unos segundos porque el golpe fue artero.
Adiós, y es un respiro. El último de todos, porque en ese momento moriste para mí, ya no hay retorno.
Patricia Lara P
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