Luisa
La de las piernas largas y la mirada esquiva. La de los amores a escondidas y las cartas de amor perfumadas. La de los ojos tristes y la sonrisa recortada.
¡Sí, Luisa!, la de los largos brazos y los cariños rotos. ¡La del poemario bajo la almohada y las rosas marchitas!
Sí, la del desayuno a solas y las largas esperas frente a la ventana en cada atardecer.
Luisa, la de las llamadas sin contestar y los mensajes sin respuesta. La del vacío en el pecho y las píldoras rosadas. La del escote tardío en una tarde de lluvia... la del labial en el espejo y la despedida a medias.
Luisa, la de la tez mortecina bajo la luz amarilla.
Luisa, la que yace al lado de su cama, inerme, esbozando una sonrisa y asomando una lágrima final. Luisa, la de las piernas largas y los caminos cortos, la del frasco de píldoras vacío... Luisa, la que se fue sin ser amada.
La de las piernas largas y la mirada esquiva. La de los amores a escondidas y las cartas de amor perfumadas. La de los ojos tristes y la sonrisa recortada.
¡Sí, Luisa!, la de los largos brazos y los cariños rotos. ¡La del poemario bajo la almohada y las rosas marchitas!
Sí, la del desayuno a solas y las largas esperas frente a la ventana en cada atardecer.
Luisa, la de las llamadas sin contestar y los mensajes sin respuesta. La del vacío en el pecho y las píldoras rosadas. La del escote tardío en una tarde de lluvia... la del labial en el espejo y la despedida a medias.
Luisa, la de la tez mortecina bajo la luz amarilla.
Luisa, la que yace al lado de su cama, inerme, esbozando una sonrisa y asomando una lágrima final. Luisa, la de las piernas largas y los caminos cortos, la del frasco de píldoras vacío... Luisa, la que se fue sin ser amada.
B. Osiris B.
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