viernes, 4 de marzo de 2016

Devorando (mariposas)



Devorando (mariposas)

De mariposas al vuelo,
se llenó a primera vista:
verdes, doradas, con listas,
suaves como el terciopelo.

Era –amor eso decían-
lo que la comía por dentro;
un amor que fue su centro
noche a noche, día a día.

Empezó en un cosquilleo
de lo más encantador
y así escuchó el tintineo
campaneante del amor.

Mas su ser se tornó oscuro
y su mirada perdida,
se le escapaba la vida
y el amor se le hizo un muro.

De contención criminal
que encerraba al animal
que con vileza y con saña
le carcomía las entrañas;

Perdieron brillo sus ojos
después de cada plantón,
y el jardín de su pasión
se ahogaba entre los rastrojos.

Una mañana de marzo
con la brisa tempranera
alzó al viento sus brazos
rompiendo al fin su quimera.

Triste, suspira en su duelo,
de mariposas, herida,
con el alma carcomida
y la ilusión por los suelos.

Pero es mujer de serpollos,
de renaceres bravíos
y un malhadado amorío
es apenas un escollo.

Sus lágrimas son rocío
que la harán reverdecer
y en el nuevo amanecer
volverá a amar con más bríos.

Así que, sonrisa al viento,
ahuyenta a las mariposas
y se retoña en mil rosas
que ahogan su descontento.

Mujer, ¡alma renacida!
Mujer, ¡amor en mil tiempos!
¡Mujer que da cuerpo y vida,
que ama y vive su momento!

B. Osiris B.

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