Aquí...
Como algo desvelada
Vio la fotografía que había sido puesta sobre la mesa. No la vio de frente sino de medio lado y en uno de esos golpes que dan las miradas viendo sin ver pero viendo al fin y al cabo.
Vio la fotografía que había sido puesta sobre la mesa. No la vio de frente sino de medio lado y en uno de esos golpes que dan las miradas viendo sin ver pero viendo al fin y al cabo.
Fue como si hubiera
recibido un golpe seco en pleno rostro; un puño en el pecho que la hizo mirar
de nuevo y sentarse a observar no solo viendo sino pensando. La vio a
ella en su propio rostro. Y sintió pánico. No es que hubiera sido
ella, la mujer que vio en la fotografía, una mala persona, una mala mamá, un mal ser
humano. No, por supuesto que no. Ella había dado de sí lo mejor que
tenía, lo mejor que pudo. Y los seres humanos solo damos de lo que
tenemos no de aquello de lo que carecemos.
Lo que pasa es que a su forma de ver no había sido mucho, más bien poco;
muy poco.
Al ver la foto en
la mesa y verse en ella se espantó tanto debido a que nunca quiso parecérsele.
Siempre intentó hacer las cosas bien... o como a ella le parecía que estarían
bien.
Todo depende, por
supuesto. Debido a que las personas; las
cosas no son inamovibles y somos diferentes en tantos sentidos que lo que es
bueno para mí no necesariamente es bueno para ti y viceversa.
Siempre habrá
quejas, reclamos, recriminaciones. Pero también, siempre existirán buenos y dulces recuerdos para compartir y
para revivir.
Así que hoy; ahora
yo me consuelo pensando en que siempre he tratado de hacer lo mejor por los
míos e incluso por los demás. No deseo ir por la vida acumulando karma.
Igual sé que como
bien dice el refrán; que "De buenas intenciones está empedrado el camino
del infierno".
Fin.
Patricia Lara P.
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