martes, 8 de marzo de 2016

Premonición



Premonición

Le tenía terror a esas casas alejadas del mundo.  "A sangre fría" la había marcado de tal forma que aun cuando alguien le hubiese regalado una mansión con esa condición, ella no la habría recibido ni en sueños.
Un día, movida por pensamientos varios, miles quizá.  Se dio a caminar.  Primero, calles concurridas, para continuar luego en un camino estrecho, polvoriento y cubierto de piedras cortantes y ramas secas y puntiagudas que se enredaban en su ropa, dejando además infinidad de cadillos pegados a ellas.
Hay que aclarar que a pesar de que el paisaje había cambiado tan abruptamente;  ella ni se había enterado, ya que embebida como se encontraba en sus pensamientos veía sin ver.  Y escuchar, lo que se dice escuchar, tampoco, pues el ruido ensordecedor se había convertido en cantos de aves, ulular  de grillos y croar de ranas.
Al cabo de un buen rato, por fin reparó en lo que a su lado acontecía y tuvo miedo.  ¡No sabía qué hacer!  Si continuar el camino, encontrar alguna persona, vehículo, alguna casa  para pedir ayuda y que alguien fuera a recogerla o tratar de  regresar por donde había venido... Lo cual tenía por supuesto un problema.  Y es que al no haber reparado en el paisaje, desconocía el retorno por completo.
Así que pensó que la primera opción era la buena.  Ahora si miraba sin reconocer nada en absoluto y temerosa y con frío pero sudando a cantaros siguió su camino.
En un recodo la calzada se bifurcó,  pero un buzón de correos le indicó el nombre del propietario.  "Familia Clutter".  La piel se le erizó de golpe y el pánico acumulado por años afloró en un temblor que le recorrió el cuerpo entero.
Un auto con un par de chicos se detuvo y ofreció llevarla a la casa más cercana, para que le ayudaran.  Seguro la familia podría prestarle un teléfono para pedir ayuda.
Las sonrisas tranquilas, los ojos tan brillantes, la amabilidad en el semblante y el saber que se llamaban Richard y Perry la hicieron recordar un incidente del cual había leído.
Al subirse temerosa al auto solo pensaba en salvar a la familia de una muerte segura y a los jóvenes de destruir sus vidas.

Patricia Lara P.

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