Ayer
mi niña estuvo esperando todo el día los resultados de las pruebas saber o
Icfes. (Las publicarían a las 6 de la
tarde en la página oficial). A la hora
en punto intentó entrar y nada. Ya como
a las 10 por un milagro casi; se entera que quedó puesto 3 y temblaba y casi
lloraba de alegría. Tenía miedo de no
ser todo lo que los padres esperamos y por lo que los hijos luchan tanto. El padre la abrazó, yo hice lo propio; corrieron
de nuevo a ver los resultados y a analizar cómo era eso de los puestos.
Uno
espera mucho de los hijos y se alegra de sus triunfos. Pero los hijos son los hijos ganando o
perdiendo y siempre encontramos motivos para llenarnos de orgullo por
ellos. Incluso sus bromas y sus sonrisas
nos hacen sentir muy pero muy felices.
Te
felicito mi hermosa muñeca y me alegro por ti y por tu alegría. El mundo ahora
ahí está para ser disfrutado.
Patricia Lara P.
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