Laura
tomó anoche esta hermosa fotografía.
Pero les cuento algo de hoy.
Esta
mañana al abrir la puerta del patio Bástian salió en carrera, lo vi saltar y
atrapar una tórtola con la boca.
Grite. Corrí a salvar el ave y el gato entró a la casa
seguido por Gustavo y luego por mí por supuesto. En uno de los giros suelta el pajarillo. Yo atrapo el gato, lo arrojo lejos, agarro el
ave, la saco al patio de nuevo y entro y cierro la puerta. Salvé una vida hoy pero mis gatos me miran a
ratos con desconsuelo y a ratos con rabiecilla.
No digo que no pueden cazar, por supuesto que sí. Pero solo si tienen hambre y en mi casa esa
palabra no existe.
Pobre
pajarillo y pobres mis gatos que no pueden dejar de lado su instinto animal.
Patricia
Lara P.
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