jueves, 15 de noviembre de 2012

Lobo, lobito



Mientras la linda ovejita
Tiernamente balaba reclamando a su mamá
un escuálido lobo oculto en la maleza
 las esperaba para poder merendar.
A la pequeña ovejita imaginaba jugosa y tierna
y a la madre suponía; deliciosamente ingenua.
Cualquiera de las dos estaría bien
para saciar el hambre que mal le hacía;
al hacerlo el pobre lobo salivaba sin parar
Y fue tanta la saliva y fue tanto el descontrol
que con ella se ahogó y al hacerlo, tosió.
Lo escuchó la mamá oveja y llamó a su patrón
con chillidos lastimeros y llenita de pavor.
El amo acudió al instante y sin mucha dilación
sacudió al pobre lobo hasta que él se cansó.

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