El ratoncito pom pom
salió a buscar el amor
una rata vieja y sabia
lo encontró por el camino
y aconsejarlo deseó;
no te fijes solo en la belleza física
mira la del corazón.
Andando por el camino
una sapita encontró
la miró muy bien por fuera
y nada de ella le gustó.
Al continuar el camino
una coneja encontró
igual como con la sapa
a él nada le gustó.
Más adelante también
una ratica encontró
la miró y la remiró
y esa sí que le encantó;
le gustaron sus ojitos
negritos y bien bonitos.
Le gustó también su boca
con labios dulces y suaves.
Le gustó su caminar
tímido y coquetico,
y lo que más le gustó
fue que también ella era
muy buena, dulce y amable
que a todos ellos trataba
con sin igual calidez
así que el ratón pom pom
con ella se desposó
y lo hizo muy bien él
pues consejos escuchó
y muy felices vivieron
en su casa en la pradera
rodeados de chiquillos
y de amigos verdaderos
que por siempre los quisieron
y felices los hicieron.
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