(Mi cuota poco asertiva del trimestre):
Camina frente a mí con tu sonrisa de Guasón pero, recuerda, su sonrisa no es real ni duradera -al igual que la tuya- es puro maquillaje y una gran cicatriz que oculta el dolor y la miseria añeja de la disconformidad con el propio ser. Una sonrisa como esa no vale una de mis lágrimas, ni el ceño fruncido -auténtico- de otros muchos que no soportan la injusticia que representas. Sonríe, ahora, de la boca para afuera... muy dentro de ti sabrás siempre que no hay verdad en lo que dices, valor en lo que haces, ni pureza en lo que sientes. ¡Bendigo el bien y quiero verlo!
B. Osiris B.
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