lunes, 19 de noviembre de 2012

La pulga y el can


Gorda y lustrosa
saltaba en el pellejo
del pobre animal
la pulga golosa.
Extraía de su víctima
la vida para ella tan querida
y entre sorbo y sorbo
y salto y salto
robaba lo que el otro requería
para poder seguir
viviendo su vida.
No se preocupaba
De su futuro incierto
ni siquiera sospechaba
que al morir el pobre can
la vida de ella 
se acababa sin remedio
pues muerto el perro
se acababa la chanda.
Un sujeto que por allí pasaba
Al ver el pobre bicho
Casi huesos y pellejo
Lo llevó a su casa
Con amor lo cuidó
Lo llenó de cremas y potajes
Y por último anti pulgas
El aplicó.
Ahora la flaca, enclenque
Y desvalida es la pulga criminal
Que ahora si se pregunta
Porqué la tratan tan mal.

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