Se me volvió costumbre,
y yo me quedé así
gran parte de mí vida.
Esperando migajas
conformándome siempre
con menos.
Lo que quisieras dar
para mí estaba bien.
No estaba bien.
Yo merecía más.
Más amor,
más cariño,
más solidaridad,
muchos abrazos
y besos,
más caricias
Yo merecía más.
Me acostumbré desde niña.
Sentí que si eso era lo que tenía
era porque lo merecía.
Y no... Yo merecía más.
Dejé de acostumbrarme.
Cambié gracias a Dios.
Aprendí a amar,
a dar y a recibir.
Hoy no recibo migajas,
No me resigno mas.
Hoy pido y pataleo
pues yo merezco más
y mucho más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario