viernes, 11 de junio de 2010

Arrullos

Desde hace ya un tiempo la observa. No se había dado cuenta de lo hermosa que se estaba poniendo en las últimas semanas. Los ojos eran más expresivos, las mejillas se sonrojaban al menos soplo de brisa y su pecho lanzaba suspiros al viento. La vio aproximarse y le lanzó un piropo y un beso; ella hizo como que no veía pero no se alejo. Se aproximó un poco más y la saludo con una leve inclinación de cabeza y un guiño que no le salió del todo bien pues sintió que había hecho una mueca hasta lastimera. Al no sentir rechazo y apreciar una pequeña sonrisa en los ojos de la dama se acercó más y más y logró decirle casi al oído y respirando su aliento que era la chica más bella que había visto en su vida. Corta vida por cierto; pero real la afirmación al fin y al cabo.

- Noto que estas cada día más hermosa

- Hmmmmm

- ¿No respondes nada? ¿Se te comieron la lengua los ratones?

(Ella mira a los lados asustada esperando encontrar en serio a su lado un ratón. Algo de miedo les tiene con todo y que son pequeñitos y hasta tiernos)

- Me gustaría que pudiéramos hablar un rato.

(Ninguna respuesta, ninguna mirada)

- He estado pensando que podríamos ser amigos, no sé, tal vez conocernos un poco.

(Por fin le dirige una mirada tímida que retira muy pronto.

- Me gustaría enseñarte mi casa, es decir, mi casa podría también ser la tuya. Digo, si tú quieres, claro está.

- Mira. Queda allá en la otra cuadra, tiene una vista magnífica y creo que serías muy feliz en ella; seríamos. Yo velaría porque nada te faltara. Haría hasta lo imposible por verte feliz siempre.

Al fin ella responde:

- ¿Y qué te hace creer que busco una casa? ¿Tengo la mía lo sabes?

- Si lo sé. -responde él prontamente- Pero creo que desearías ser la dueña de casa, y claro esta no solo de la casa sino también la dueña de mi corazón.

- Por favor, no te hagas de rogar y ven y conoce el que será nuestro nido de amor.

Ella lo duda, lo piensa y por fin reacciona y responde;

- Ok, hablaré con mis padres y les diré que voy contigo unos minutos. Pero no me puedo tardar pues seguro ellos se preocuparían.

- No te preocupes, no nos demoramos.

Ella va a su casa y regresa al momento y se aproxima a él pensativa.

–No te asustes, puedes estar segura que estando conmigo nada malo te pasará

-No, responde ella, si no es temor; es solo curiosidad por conocer el sitio que me ofreces y no solo eso, también por conocer tus intenciones.

-Mis intenciones son las mejores responde él prontamente.

-Llegan a la casa, ella desde lejos la observa, se ve amplia, confortable, ventilada pero muy a cubierto. Se da cuenta que no hay peligros a la vista y le gusta.

Entra en ella y se siente y sabe la dueña y señora, nota que ha sido elaborada con gusto aun cuando ella le agregaría unos detalles de decoración.

El la observa por el rabillo del ojo y se da cuenta que tiene mucho camino andado. Es un excelente constructor, su padre se tomó muchos trabajos para que aprendiera y aun cuando en su momento le costó lágrimas y uno que otro golpe en la cabeza siente que aprendió bien y le agradece íntimamente al viejo.

Por fin se decide a preguntar qué opina y ella dice después de un rato que debe consultarlo con sus padres, que ella no toma decisiones sin antes contar con ellos.

Pero, Ella internamente sabe que la respuesta será afirmativa.

Le encanta la casa, la ubicación, la vista hermosa que tiene frente al parque y la alberca. Pide sin embargo un par de días para dar su respuesta.

Ella se ve ahora, se imagina; plácidamente recostada en el nido empollando el par de hermosos huevecillos que el hada de los huevos le trajo.

Y tirutin tirurado este cuento se ha terminado.

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