A veces los recuerdos se agolpan. Buenos y malos se apretujan queriendo salir de golpe. Y uno callado, escuchando la música que le gusta; los observa. Apenas si un rictus de dolor o de risa acompaña el instante en que uno u otro se apresura.
Amo poder pensar en todo y en nada. Y amo uno a uno los recuerdos que viven en mi cabeza loca.
No quiero olvidar nada. Quiero tenerlos todos ahí amontonados, amotinados, vivos.
El olvido es la muerte, quizá incluso una muerte en vida.
Dios permita que yo solo al morir, muera.
Aquí como siempre, recordando recuerdos... Pensando pensamientos pensantes de esos que sirven para salvar mi mundo.
Yo.
Patricia Lara P
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