Hace poco, mi hijo me confesó que antes le molestaba mucho escucharme cantar en las mañanas. Que era excesivo el ruido que hacía al ir y venir haciendo esto o aquello. Pero que hoy por hoy siente tranquilidad al oírme hacerlo. La madurez va llegando y apoderándose de nosotros. ¿O será la resignación? Jajajaja.
Yo aquí haciendo confesiones familiares.
Patricia Lara P
No hay comentarios:
Publicar un comentario