*Cuentos de la Cuarentena*
Rutina de desvaríos
Huele a pescado frito. ¡Fresco, muy fresco!, tanto que provoca. Mi boca se hace agua y pienso "yo también comeré pescado hoy". De inmediato me preparo, me visto y tomo mis aperos de pesca: carnada, caña, cesta, botas y sombrero. Me tercio mi bolso y, ya en el borde del balcón, tiro la caña. Pica un lagarto, pican dos ¡y a la cesta! De regreso, tomo un buen sorbo de agua fresca del borde del lago que nació en la bromelia roja. Sin querer provoco una inundación y nado corriente arriba, huyendo de estos lagartos resentidos. Nado con todas las fuerzas de mi aleta caudal por este torrente de pensamientos. Soy un salmón. Un salmón ardiendo en las brasas del vecino. Disfruto del romero, el tomillo y la salvia sobre mi piel desnuda. Y perfumo de mar el vecindario.
B. Osiris B.
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