Luz
Se le apagó el nombre a los cuarenta, escapando por sus ojos el último rescoldo de brillo. Frente a una cámara, trata de reencontrar su sonrisa -también fugitiva- que mutó entre filtros, a mueca disimulada. Ya no es más Luz, ni con el brillo de tanto maquillaje sobre su rostro. Le falta, a su vida, la homonimia de su ser que pende sin sentido tras la lente, como el collar que luce cada noche, a juego con la nada, con el vacío hacia el que enfoca su mirar.
Hoy cumple cincuenta. Sin pastel. Sin amor. Sin cuenta. Y no es más Luz.
B. Osiris B.
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