lunes, 29 de junio de 2020

Llanto

Llanto

Casi nunca lloro
por dolor o tristeza.
Otra cosa sucede
con las lágrimas del sueño o del hambre.
Un bostezo me convierte los ojos en mares
Salados, tibios y sin sentires,
sin pensares, pesares o duelos.

Patricia Lara Pachón

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