lunes, 23 de marzo de 2020

Y esa casa...



Y esa casa que antaño lució paredes encaladas, puertas y ventanas rojo rubí, y tejas de rojo barro.  Ahora luce desgastada, arruinada por el paso inclemente del clima, del tiempo, de los años.
La vida no perdona y aquellos que en su momento la habitaron felices hoy solo son fantasmas.  Tristes reflejos de lo que sus acciones ocasionaron en ella.  En la casa y por supuesto en ellos y en aquellos que fueron también sus respectivas víctimas.
La casa luce ajada, maltratada. Sus defectos le impiden a los que a ella se acercan aceptarla. Afortunados son.  La destrucción, la ruina, ahora habitan esa casa.

Patricia Lara Pachón

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