Pobre perro
Va cuento...
Les cuento que cuando salí a sacar la basura, por mi lado pasó un perrito. Llamó mi atención poderosamente porque me gustan los perros y además por la forma como culpable con la que me observaba.
Deje la bolsa y regresé a mi casa. Ahí lo vi de nuevo. Él me observaba en serio avergonzado. Levantó una pata y orinó profusamente sobre una planta que cuida amorosamente mi vecino.
Yo entendí que el perro no tenía mala intención, es tan sólo su instinto y necesidad eran las que lo obligan a hacerlo. Luego y a pesar de que seguía mirándome con pena. El perrito dejó, al lado de la bella planta sus heces; mientras en serio me miraba apenado. Yo pensé... Él seguramente tiene vergüenza de los amos que le correspondieron. Siendo unas personas que en realidad lo amaran. Estarían con él y recogerían sus heces siempre. Aún en cuarentena.
A veces ser bueno no es tan difícil.
Pobre perro.
Patricia Lara Pachón
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