jueves, 24 de noviembre de 2016

Fue

En serio fue impactante. Entré en una decrepitud en cuestión de horas.
El cabello, sin entenderlo siquiera, ya no estaba.  Se veía la piel y una que otra hebra de un hilo de plata sucia, hirsuto y a punto de caer.  Sentí miedo.
Noté que me observaba en un espejo y sin pensarlo siquiera le sonreí a esa mujer tan fea.
Vi o sentí algo entre los dientes y con una uña intenté sacarlo.  ¡Horror! Terrible horror de horrores, dos de mis dientes se separaron de la mandíbula, quedé con ellos en mis dedos.  Recordé que había leído que si se ponían en el puesto de nuevo se podrían adherir y sería como si nada hubiese pasado.  No lo logré... Dios mío. Se enredaban en mis dedos huesudos con uñas sucias y disparejas.  Me dio asco haber puesto esas manos en mi boca.  Escupí.
Arrojé el par de dientes lejos y me sonreí de nuevo. O le sonreí a mi reflejo en el espejo,
¡Por fin! Por fin era la que siempre presumí ser.
Una bruja en el sentido estricto de la palabra.

Yo.

Patricia Lara P.

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