domingo, 8 de enero de 2012

Un día yo decidí

Un día decidí
que mi felicidad dependía
únicamente
de mí.
Y sonreí
y le mostré al mundo mis ojos límpidos
y mi sonrisa tierna
y mi piel brillante y cálida
y mis manos se dispusieron a dar
lo mejor de mí
de lo que soy
y de lo que tengo.
Pero...
El verme feliz
fue sospechoso
¿Cómo va a ser feliz si no está en la ciudad que quiere?
¿Si sus amigas se quedaron lejos?
¿Si ahora no tiene con quién hablar?
¿Si siente frío y se siente sola?
-Fueron las preguntas que se hicieron-
Pero…
Un día decidí
que mi felicidad estaba en mí
adentro en lo profundo
Que la ciudad que me gusta es aquella en la que vivo
Que mis amigas siempre serán mis amigas independientemente de la distancia
Que puedo hablar perfectamente bien conmigo misma
Que el clima no puede influir en mi felicidad o en mi tristeza
Y que si me tengo a mí yo no estoy sola.
Un día yo tomé la decisión
y a pesar de todo y de todos
yo voy a ser feliz
por mí y para mí
independientemente
de lo que piense o sienta
el resto del mundo.

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