Para estas Navidades
ya enviamos la invitación
para prender el rumbón
sin que aquí nos falte nadie.
Y, ya llegado el momento,
puestos están los adornos,
el pernil ya está en el horno
y no faltan bastimentos
el brindis ya se ha montado
en la mesa principal
y hasta pudimos adornar
el “set” con un Nacimiento:
con José, Virgen y Niño
y también con los jumentos
¡listo, con todo cariño!
Por fin estamos reunidos
muy felices y contentos:
no paramos de hablar
presentamos las familias
¡ha empezado la vigilia
y abrazos vienen y van!
entre besos, unos tragos
y pasabocas de azafrán.
Ya bien entrada la hora
Artemio, con su señora,
sonríen mientras observan
y se deciden a intimar.
Cefe y Elvia, muy felices,
comparten besos y abrazos,
no paran de platicar
¡ni de entregarse arrumacos!
Daniel bravo nos presenta
su familia sin igual:
vienen todos a gozar
y compartir nuestra cena.
Doña Hilda Camarena
anda en el grupo contenta
y a veces se desconcierta
porque la fiesta está buena.
Claudia Curiel, con sus niñas,
reparte cuentos, abrazos,
y sonrisas sin igual
y nos lleva a los placeres
de atrevernos a soñar.
Daniel U., con sus mujeres,
ha llegado ya al lugar
y nos quiso ofrendar
con unas ricas conservas
que traen en sus manitas
las damas que lo acompañan
de blanco y muy compuesticas,
y que con sonrisas bañan
a todos y, algo nerviosas,
no saben a quien mirar.
Doris Guzmán y sus niñas
apapachan con soltura
a toditos por igual;
y, derrochando ternura,
Evita, muy calladita,
recibe con mucho asombro
el cariño que le dan.
Franklin reparte sombreros
y canta sus vallenatos
nos regala un muy buen rato
y hace a todas suspirar.
Walter, el querido Fraile,
con sus trovas y canciones
ameniza nuestro baile
y alegra los corazones.
Con este par de galanes
se arma el contrapunteo
¡y –entre versos y refranes-
se pone bueno el jaleo!
Para a todos encantar,
Gilda, reparte galletas
con sus dos tiernos secuaces
que, entre saltos y piruetas,
y su alegría infantil
nos brindan sonrisas mil
y también uno que otro grito
de júbilo navideño
que los dos caballeritos
nos dicen con mucha clase.
Juan José nos va mirando,
-entre el susto y la sorpresa-
sentadito, ante una mesa,
se va fijando, también,
en que somos igualitos
a lo que él se figuró
al leer nuestros mensajes:
unos cuerdos, otros locos,
ruidosos y taciturnos
van agotando su turno
con risa y con alborozo.
Gustavo, con sus hijitos,
y con Toy, su perro fiel,
nos deja saber de él
relatando sus vivencias
con tesón y complacencia.
Mientras, con mucha paciencia,
-y también con gran cordura-
Juanma con su Mariluz
(apoyado en su muleta)
va con su aire andaluz
mientras recorre la fiesta:
a todos mira y aprecia,
sonriendo con picardía
al darle fisonomías
a las risas y locuras
que compartió cada día
con toda esta hermosa gente.
Ya se obnubila la mente
por el trago y la bailada
y aparece, muy trajeada,
para todos María del Carmen
-nuestra Marucha-
y a lo lejos ya se escuchan
los piropos que levanta.
Ella se aclara la garganta
y suelta un “muy buenas noches”
haciendo todo un derroche
de buen gusto y elegancia.
Jorje Jr. hace gala
de su condición de poeta,
en portugués declamando
versos gráciles y hermosos
que en el silencio de la sala
resuenan como eco brioso
que al amor le pone alas
y deja a todos flotando
con su versos que bien riman.
Veo que aún no se animan
José Lazo (y sus damitas)
pues el contacto perdido
la timidez no le quita
así que asiente calmado
cuando alguien, a su lado,
un trago o pastel le invita.
Al fondo de la alquería
donde se acordó la juerga
nos mira, desde una verja,
muy atenta Juana Lucía
con una mirada que abraza
y una risa que no evita
cuando en su mente repasa
las locuras compartidas.
Como buena actriz que es
Laura Salazar, cual diva,
de su presencia no priva
a nadie en la concurrencia:
regalando sus vivencias
y una que otra sonrisita
le regala una visita
a cada grupo de gente,
amenizando el ambiente
con historias divertidas.
Cuentos sin fin nos regalan
Laura Huitrón (y sucesores)
regando los alrededores
con sus caricias e historias
que nos llevan a la gloria
de sentirnos como niños
para gozar su cariño
y narraciones hermosas.
Lupita, con sus gaticos,
(que ya juegan con Gustavo)
nos narra cuentos “corticos”
que vuelan, cual mariposas,
de su mente a todos lado;
cierra regalando rosas,
dádivas de su jardín
en blanco y también carmín
y a todos deja encantados.
Alguien ríe a carcajadas
espantando a las palomas
¡Oh, por Dios, si aquí se asoma
Osiris que entra en volandas,
muy contenta y animada
regando versos y rimas
alebrestando el guateque
y esto ya no hay quien lo aquiete
¡qué va, más bien todos se arriman!;
con ella, llega Yolanda,
mi “Nanita” tan querida
que se une a la parranda
con Antoni, su consorte,
¡me emociono y, cual resorte,
saltando feliz ya voy,
les abrazo, emocionada,
y un beso también les doy!
Un silencio majestuoso
de pronto inunda el salón:
se ilumina, en un rincón,
una pequeña tarima
la concurrencia se anima
mirando subir a Sandy
que viene con su minino
-con su Patricio- en un brazo
y en el otro trae un cazo
con sus dos-poemas-dos
que con cuidado enrrolló
semejando pergaminos;
los entrega, cual regalos
y desde ése, su escenario
nos regala una lectura
de versos ya milenarios
que lee con mucha frescura.
Montse goza y nos entona
con un ritmo delicado
versos que ha recopilado
y que adornan su garganta
cantándolos con ternura;
nos da abrazos y nos mira
mientras sonríe de contento;
su voz es todo un portento,
todo el mundo lo ha notado
y yo también he disfrutado
con tanta musa y talento.
Daniel Olarte y Paloma,
caminan por el garage
conversando de sus viajes
por allá, por Argentina.
Al sentarse en una esquina,
la conversa sigue amena;
se unen Suzana y Rogelio
y Gabriela, muy sonriente,
a Marite con su adorado
tormento los ha invitado
y ya no paran de hablar,
de chistes buenos y malos.
A esta hora ya la fiesta
se siente muy animada
porque hasta han dado la cara
otros lectores que estaban
rondando el anonimato:
con sus historias de aves,
viajes, amoríos y naves
viene la diversidad
que nos gusta disfrutar
y se hace divino el rato.
Eli y Manu con sus nenas
reparten besos y abrazos
y sonriendo muy contentos
narran historias amenas
También yo, con el consorte,
estoy aquí, de anfitriona,
con mis dientes bien pelados
gozando de buena gana
e irradiando mi alegría,
con gusto, por todos lados…
…¡esto es lo que yo quería:
reunirlos y abrazarlos,
con mis manitas tocarlos
y disfrutar de sus voces
y su grata compañía
para ya nunca olvidarlos!
Esta noche no he parado
de dar abrazos (¡por fin!)
a esta familia lejana
a quien todas las mañanas
saludo y doy alegría
con quien vivo el día a día
en un entorno virtual
y me han sabido regalar
sonrisas y compañía.
¡Hay brindis por todos lados,
todos ríen sin parar
y el consorte está animado,
abrazos, besos y risas
adornan esta linda noche
que quiero cerrar con broche
de oro en una plegaria:
¡Que el Niño Jesús les traiga
todo el bien que necesiten
que en salud y amor multipliquen
aquello que han recibido
y que no echen al olvido
cada regalo de vida:
esas horas compartidas
junto a sus seres queridos!
B. Osiris B.
Patricia Lara